Guerra del (por el) agua

Se veía venir. El cambio climático y las cada vez más largas y recurrentes sequías han originado en España una guerra por el agua de consecuencias imprevisibles. Algunos ecologistas advirtieron hace años de que esto era muy probable que ocurriera. Es más, en sus advertencias -tachadas por algunos de apocalípticas- aseguraban que si en la actualidad muchas guerras se declaran en función del petróleo, en el futuro no muy lejano el agua se convertirá en casus belli. La guerra abierta entre el PP de Valencia y el de Murcia en contra del PSOE a cuenta de la decisión de que se lleve agua de manera provisional desde el Ebro a Cataluña pone de manifiesto la que se nos avecina.
Algunos dicen que es un trasvase, otros que no. Y yo digo: en 1995 barcos llevaron agua en sus bodegas desde Huelva a la Bahía de Cádiz en una situación similar y nadie habló de trasvase. En el caso de Cataluña, al igual que en el de Cádiz, la operación se hace para el consumo humano. ¿Está claro que el PP valenciano y el murciano la quieren para lo mismo o será quizá para regar los estúpidos campos de golf y abastecer las urbanizaciones construidas en secarrales en contra del más mínimo sentido común que abundan en el Levante? Personalmente creo que es para lo segundo. Y vuelvo a decir: quien haya tomado las decisiones políticas que han permitido cargarse la costa mediterráea levantina que apechugue ahora y explique a los constructores y a los compradores por qué les vendieron terreno a unos y casas a otros sin garantía de agua ni de nada.