Aullido

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El hombre comparte con el lobo la necesidad de que lo escuchen

miércoles, 27 de febrero de 2008

La vorágine

Me enseñaron en Redacción Periodística I que titular un reportaje o cualquier otra pieza escrita con el título de una creación artística de renombre es un error que denota una falta de originalidad tremenda. Yo voy a ser vulgar -o si se prefiere, seré poco original- y titularé esta entrada de blog -qué lejos queda ya el tipómetro con el que un profesor lamentable nos hacía diseñar páginas de periódico- con el nombre de la fabulosa novela del colombiano José Eustasio Rivera. Y es que quedan once días para las elecciones generales y autonómicas, lo que quiere decir que la situación de los que trabajamos en campaña se debate entre el agotamiento al caer la tarde, la ilusión constante, el trabajo a destajo, la tensión perenne, la incertidumbre en ocasiones y el deseo de que llegue el nueve de marzo a las once de la noche y los resultados sean los que todos esperamos. Escribí en la anterior entrada que vi en Granada la victoria en la cara de Zapatero. El domingo en Dos Hermanas la volví a ver, aunque en esta ocasión en miles de rostros de andaluces dispuestos a que la caverna siga haciendo oposición en espera de que se renueve.
Soy optimista. Hoy, más que hace un mes. Espero no equivocarme porque estoy absolutamente convencido de que la vuelta de la derecha al poder sería un paso atrás para España que nos costaría demasiado. Ánimo a todos los hombres y mujeres que piensan como yo. Entre todos lo conseguiremos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una duda: el colombiano, José Eustasio Rivera, ¿es el único colombiano que existe? Si no es así, sobra la coma que precede al nombre.

Una observación: ud. miente, señor Fiscal. Lea atentamente sus propias palabras, verá como en ningún lugar del texto titulado "Granada" (cuán original) se afirma que vio "la victoria en la cara de Zapatero".

A continuación escribiré otro comentario cuyo objeto sí será el de ser publicado.

Anónimo dijo...

La coma que precede a José Eustasio no la encuentro por ningún lado. En relación con lo de Granada, es cierto, no hablo de miradas ni de victorias. Lo cierto es que para mí, aunque no lo escribiera, el viaje a Granada me trae ese recuerdo. Pero reconozco que he imaginado que lo escribí cuando a lo más quedó en un simple pensamiento.

Anónimo dijo...

La tensión, a veces excesiva, a menudo innecesaria y habitualmente perjudicial, forma parte de la propia campaña electoral.

El pasado lunes vi dos tipos de tensión: la iracunda, visceral y desatada de un Rajoy que se lanzaba a la desesperada; y la tensión de un Zapatero que se indignaba contra lo indignante y que se sublevaba contra la supremación de la mentira.

Coincido con ud. en su optimismo y la animo y le conmino a persistir en el denonado esfuerzo de conseguir para España y para Andalucía el Gobierno que nos merecemos.

Anónimo dijo...

La tensión, a veces excesiva, a menudo innecesaria y habitualmente perjudicial, forma parte de la propia campaña electoral.

El pasado lunes vi dos tipos de tensión: la iracunda, visceral y desatada de un Rajoy que se lanzaba a la desesperada; y la tensión de un Zapatero que se indignaba contra lo indignante y que se sublevaba contra la supremación de la mentira.

Coincido con ud. en su optimismo y la animo y le conmino a persistir en el denonado esfuerzo de conseguir para España y para Andalucía el Gobierno que nos merecemos.